martes, 21 de agosto de 2007

Afilado

Afilado:

Un cuchillo que no corta ni pincha es un cuchillo?
Yo diría que es una muy buena pregunta y nos abre miles de interrogantes, en especial si los cuchillos artísticos son cuchillos o son arte con forma de cuchillo.

Pero dejaremos eso para otra discusión ahora vamos a hablar un poco sobre afilado de cuchillo, las secciones de las hojas y algunos consejos para hacer que corten.

Que es afilar un cuchillo?

Es llevar el espesor de la hoja a lo mínimo posible de esa forma se logra una superficie suave y cortante.

Cuanto debe cortar un cuchillo?
Debe ser eficiente para la tarea para la cual fue creado. Es decir n
o es lo mismo un cuchillo de capo o camping, un cuereador, que un machete.
Todos ellos tiene propósitos distintos y por ende pretensiones de filo distintas.
Que necesito para afilar un cuchillo?

Dependiendo el estado en que recibamos la hoja o la terminemos, necesitaremos una piedra gruesa de grano 80 (ideal una diamantada), una fina natural, cuero o suela, y aceite para lubricar las piedras. También podemos usar papel de lija de distintos granos, ,se puede usar agua en lugar de aceite (depende de la piedra), también hay chairas que son muy útiles, y pasta de pulir.

Como se que filo le estoy dando a mi cuchillo?

La agudeza del filo se da por el ángulo con el que trabajamos sobre la piedra. Eso hay que practicarlo mucho teniendo como guía los ángulos que figuran en el grafico.



La idea es mantener siempre el mismo ángulo sobre toda la superficie del filo y apoyar la mayor cantidad de hoja sobre la piedra.
Iremos realizando movimientos circulares y a la vez avanzando sobre la piedra para lograr que todo el filo quede parejo.
Es muy importante que al hacerlo lubriquemos la piedra con agua o aceite. Esto hace que el movimiento sea mas suave y retira de la piedra los restos del acero que vamos desbastando.
Una vez que hacemos la primer pasada sobre la piedra gruesa pasamos a la mas fina hasta llegar al grano mas fino de piedra que tengamos.
Cuando ya logramos un buen filo con las piedras pasamos al cuero, este elemento va a lograr emparejar el filo brindándole un corte espectacular. Apoyamos la hoja de plano sobre el cuero y haciendo un movimiento traemos la hoja. Esta operación hay que hacerla muchas veces y en lo posible agregando pasta de pulir al realizarla.

En las hojas que tengan una sección convexa lo ideal es usar papel de lija sobre cuero.
De esa forma tenemos un buen respaldo que copiara la forma convexa de la hoja.
El procedimiento es muy similar al de asentada con cuero, nada mas que esta ves entre el cuero y la hoja hay una lija que ira afinando la cara hasta lograr el filo deseado. Es aconsejable no usar lijas mas gruesas que el grano 400.




viernes, 22 de junio de 2007

El Fuego

El fuego I
En una situación de supervivencia en zonas frías, nuestra vida puede depender de nuestra capacidad para encender y mantener un fuego. Sin llegar a esos extremos, podremos necesitar fuego para secarnos, calentarnos, hacer señales a los equipos de rescate y cocinar eliminando los posibles gérmenes y parásitos de nuestros alimentos.

También, como excursionistas, podemos sentirnos tentados a sentarnos al lado de una hoguera bajo las estrellas. En este caso debes tener en cuenta las leyes que regulan estas prácticas en tu país. En España, y más concretamente en Galicia, esta práctica está prohibida durante los meses más calurosos y severamente penalizada.

En cualquier caso, no debes olvidar que un fuego es muy peligroso, debes seguir todas las normas de seguridad:

- No hagas hogueras más grandes de lo necesario, son más dificiles de controlar y de mantener.
- Elimina las ramitas y todo material combustible en un radio de dos o tres metros alrededor del fuego.
- No lo hagas cerca de la maleza o ramas bajas
- Ten siempre cerca un cubo u otro recipiente con agua y/o una rama frondosa para apagarlo rápidamente si es necesario.

Siempre debemos llevar en nuestra mochila o equipaje, especialmente si vamos a atravesar zonas inhóspitas, un mechero y/o cerillas en un recipiente impermeable (una caja de carrete fotográfico, por ejemplo. Lleva también los rascadores) o impermeabilizadas (con esmalte de uñas o parafina). Si así lo hacemos, nuestras posibilidades de supervivencia aumentarán y no tendremos que preocuparnos de hacer fuego con medios improvisados.

Preparar, encender y mantener el fuego
Antes de nada debemos decidir donde lo ubicaremos, prestando atención a viento y a la vegetación, y preparar el lugar eliminando ramas, hierbas, etc.

Es buena idea excavar un hoyo de unos 10 ó 15 cm y rodearlo con piedras para alojar en él la hoguera. Cuando deshagamos el campamento, taparemos las cenizas con la tierra que sacamos, devolveremos las piedras a su sitio y dejaremos todo de manera que nadie pueda notar que hemos estado allí. (Esta norma es bueno seguirla tanto si hacemos fuego como si no).

Hay que buscar el material combustible: ramas secas de diferentes grosores, la más menuda para encenderlo y la más gruesa para mantenerlo. No será difícil de encontrar en zonas boscosas y con tiempo seco. Las crecidas acumulan ramas en las orillas de los ríos y en ocasiones las convierten en un auténtico filón. Las ramas más bajas de los árboles están, con frecuencia, secas y se rompen con facilidad. En caso de tiempo húmedo debemos buscar en los huecos de los troncos secos, que proporcionan madera podrida que arde bien, en zonas resguardadas al lado de rocas, caminos, grutas. Si no ha llovido demasiado, quizá logremos madera seca simplemente descortezando las ramas húmedas. Si no, tendremos que coger las ramas gruesas y cortarlas en pedazos longitudinales para aprovechas las astillas secas que obtengamos. Pondremos la madera húmeda a secar cerca del fuego.

Para prender el fuego usaremos al principio leña más fina que dispondremos en forma de "tipi" o de "cobertizo" con ayuda de una roca o un tronco para que el aire circule bien y se inflame rápido. Por encima de la leña fina la iremos añadiendo más gruesa. Si no disponemos de suficiente leña fina podemos hacer astillas la más gruesa con ayuda de nuestro cuchillo.

En la base del "tipi" o del "cobertizo" habremos puesto la "yesca", que es el material inflamable que encenderemos. Consistirá en hojarasca, hierba seca, ramitas resinosas de pinos, sus hojas o agujas, su resina. La madera podrida es una buena yesca en tiempo húmedo, pues suele ser fácil arrancar las partes externas de los troncos para alcanzar las zonas interiores secas. Algunos frutos secos, como las nueces, poseen un aceite que les hace inflamables y arden lentamente. Especialmente útil es la corteza de abedul cortada en tiras, pues se inflama rápido, y arde despacio y con buena llama. Se puede, incluso, hacer una antorcha improvisada enrollando una tira de corteza a una vara.

En los lugares donde no hay leña el hombre recurre a otro tipo de combustibles. En los desiertos se queman los excrementos de los camellos; y en las zonas polares, la grasa de las focas y otros animales.

Tipos de leña
No todas las leñas arden igual, desprenden el mismo calor y las mismas llamas ni forman una brasa duradera. Cada madera tiene sus propias características. Alan Sauri describe en su obra "La Vida Autosuficiente - Ed. Blume" las características de las leñas de los árboles más comunes de esta manera:

"Leñas duras: Dan poca llama, pero su calor lento y prolongado las hace excelentes para la cocina y la calefacción.

Arce: Bueno, buena llama
Carpe: Excelente combustible, llama viva, buena brasa
Fresno: Bueno, buenas brasas, fuego lento
Haya: Buena, buenas brasas, llama clara
Olivo: Excelente, brasas duraderas
Olmo: Fuerte calor, quema lentamente
Falsa Acacia: Buena, malas brasas, muy chisporreteante
Roble: Bueno (también para carbón de leña) se consume lentamente, se pone negro y se carboniza.


Leñas tiernas: Se consumen rápidamente con llamas continuas; resultan, por lo tanto, excelentes maderas para encender o iluminar.

Abedul: Arde bien y rápido, llamas claras. Leña para encender e iluminar
Álamo: Mediocre
Aliso: Arde bien y rápido
Avellano: Leña para encender
Castaño: Poco calor, despide chispas
Castaño de Indias:Mala leña
Majuelo: Arde bien y rápido aunque esté verde
Plátano: Mediocre y ruidoso
Sauce: Llamas claras y vivas, leña para encender
Sauco: Leña pequeña para encender
Tilo: Mediocre


Leñas resinosas: Sus ramas, de madera dura, son un combustible mejor que su tronco, de madera más tierna. Arden con una llama viva, pero poco duradera. A menudo desprenden un fuerte humo.

Abeto: Llamas vivas, mucho humo
Alerce: Medio, chisporroteante, buen carbón
Picea: Calienta rápidamente, buenas llamas, brasas de corta duración
Pino: Calor y llamas vivas, poca duración. Las piñas son excelentes para encender el fuego."

Fuego con métodos improvisados
Lo mejor es no cometer la torpeza de no llevar una reserva de cerillas o un mechero. Pero si nos vemos sin estos medios convencionales para encender un fuego existen otros sistemas improvisados, unos sencillos y efectivos y otros más complicados si no tenemos práctica. En estos casos se hace especialmente importante tener preparada suficiente yesca (hierba seca, hojarasca, etc. bien compactada para que la brasa se propague con facilidad) y leña fina y seca para no desperdiciar una llama que puede habernos costado mucho esfuerzo conseguir. Suele ser efectivo soplar suavemente cuando aparece el primer puntito rojo para avivar la llama. Los métodos son los siguientes:

Las lentes
Una lupa o las lentes de una cámara fotográfica, los prismáticos o determinadas gafas son un medio muy efectivo para encender un fuego, pero no nos servirá si no hace sol. Prepara primero una buena yesca que prenda con facilidad y apunta hacia ellas el puntito de luz.

Pedernal y eslabón
Es un buen sistema que funciona en cualquier circunstancia. Si no disponemos de pedernal podemos probar con una piedra dura. (hay que probar hasta que encontremos una que desprenda buenas chispas, y entonces guardarla para otras ocasiones). Sostendremos el pedernal cerca de la yesca y lo golpearemos con un trozo de acero, como puede ser la hoja de un cuchillo, tratando de dirigir las chispas a la yesca.

Arco de rodamiento indio
Es un conocido sistema de fricción de aire muy aventurero, pero si no sabemos escoger la madera que vamos a usar lo más probable es que no logremos encender el fuego.
Consiste en girar rápidamente una vara con ayuda de un arco sobre otro trozo de madera. Construiremos el arco con una rama flexible y un cordón (de los zapatos, mochila, anorak, etc).
Si queremos que el método funcione debemos frotar madera blanda contra madera dura (ver en la página anterior leñas tiernas y leñas duras). En cualquier sistema de fricción de madera, si obtenemos un polvillo negro, como de carbón, habremos acertado con la madera adecuada, en cambio, si obtenemos un polvo basto y arenoso, desechémosla y busquemos otra.
Cuando empiece a salir humo se añade la yesca bien compactada para que la brasa se propague con facilidad y se sopla con suavidad mientras se continua frotando para lograr una llama.

Método de la sierra
Es un método propio de la jungla, y consiste en usar una madera blanda, normalmente bambú para "serrar" (efectuaremos un movimiento de sierra) otra dura, frecuentemente cáscara de coco. Como yesca se emplea la fibra algodonosa de la base de las hojas de cocotero, el recubrimiento piloso marrón de algunas palmeras o la membrana que encontraremos dentro del bambú.

Método de la correa
Usaremos una tira de ropa u otra fibra fuerte y una rama de madera blanda. Elevaremos la rama ligeramente colocándola sobre una piedra. Pasaremos la correa por debajo de la piedra y tiraremos alternativamente de un extremo y del otro para producir la fricción. Previamente habremos colocado la yesca debajo de la rama, tocando a la correa.

Otros métodos
Podemos emplear una batería para hacer chispas uniendo los cables de ambos polos.
También, en teoría, es posible fabricar una lente con un pedazo de hielo que labraremos con el cuchillo y terminaremos dando forma con las concavidades de las manos. Aunque si el frío es intenso el riesgo de congelación de nuestras manos puede ser demasiado alto. También es posible usar un objeto cóncavo (el culo de una botella, por ejemplo) para hacer la lente, vertiendo agua sobre él y dejando que se congele. Si hacemos dos, podemos pegarlos con un poco de agua que, si el frío es intenso, se congelará enseguida.
En ocasiones, echar unas gotas de gasolina o alcohol sobre la yesca puede facilitar la inflamación, pero no la empapes completamente.
Si usas gasolina u otro combustible en un recipiente para calentarte, ten en cuenta que existe un riesgo potencial de accidente. Nunca añadas más combustible hasta que la llama se haya apagado y el recipiente se enfríe.

Fuego para calentarse
Para aprovechar mejor el calor del fuego debemos construir un reflector con unos leños o utilizar uno natural (una formación rocosa, una depresión del terreno, un árbol grueso...) hay que prestar atención a la dirección del viento para que no nos venga el humo a la cara. Entre el fuego y el reflector prepararemos un lecho seco, blando y cómodo donde nos colocaremos nosotros. Y. Coineau y L. P. Knoeffler dicen a este respecto en su obra Vivir y Sobrevivir en la Naturaleza. Ed. Martínez Roca: "Encended un fuego intenso mucho antes de la hora del descanso; poco antes de esta, cubrid el lecho de brasas con una fina capa de cenizas. El calor, devuelto por el reflector, calienta durante unas 8 horas el área así delimitada."

Fuegos para cocinar
Para cocinar es mejor una hoguera pequeña, que consume menos leña y es fácil de mantener. Siempre es más práctico cocinar sobre las brasas que sobre la llama.
Podemos construir un hogar que nos servirá para poner la cazuela haciendo un pequeño fuego entre dos troncos, dos piedras, etc.
Si nuestra cazuela tiene un asa como la de los cubos podemos sujetarla sobre el fuego con una "grúa" improvisada con una rama inclinada sujeta entre unas piedras y otra rama que funcionara como "percha".

martes, 22 de mayo de 2007

Tratamiento termico


Forjado

La conformación en caliente, ya sea por forjado, prensado o laminado, debe realizarse teniendo en cuenta :el comportamiento de cada acero durante el calentamiento ,el trabajo en si, y el enfriamiento posterior.

Esto requiere de una cierta experiencia previa , ya que aceros de distintas composiciones se dilatan y contraen de diferente forma en el calentamiento y/o enfriamiento desde la temperatura de forja . El forjado de aceros de alta aleación es muy delicado por lo que debemos atenernos a las especificaciones del fabricante.

En estado estructural de solución sólida , los aceros poseen la mejor maleabilidad , o sea el acero constituido por granos de austerita. Esto granos son una solución sólida de carburo de hierro en hierro gama (hierro no magnético). La aparición de la austenita en el calentamiento de los aceros ordinarios al carbono, se produce por encima de los 720ºc (Ac1 o punto critico inferior)y termina de transformarse completamente entre esta y los 910ºc, dependiendo ello del porcentaje de carbono existente en su composición. A este punto de transformación final se lo denomina punto critico superior Ac3.

El hierro puro (0% de carbono) tiene como el punto Ac1=720ºc, y el Ac3=900ºc .Mientras que en el acero de composición eutectica (0.9%de carbono)la transformación en austerita se produce a una única temperatura de 720ºc aprox.

Estos rangos de temperatura son de importancia, tanto para el forjado como para cualquier tratamiento térmico aplicable al acero.

La temperatura del material, al iniciarse el forjado, debe ser unos 100 a 300ºc mayor que el punto critico superior Ac3; y al finalizar, no menor que este. Además la temperatura se debe ajustar al tamaño de la pieza a forjar, como así también, al grado de deformación. Las piezas chicas son calentadas a menor temperatura que las grandes, pero en ambos casos, la temperatura final de forja no debe ser inferior al punto Ac3 .

Un calentamiento demasiado rápido y desparejo, o un grado de deformación demasiado pronunciado con un enfriamiento desparejo y demasiado rápido después del forjado, pueden causar fisuras y deformaciones por tensiones.

Hasta aprox. 800ºc, el calentamiento debe ser lento y uniforme. Después puede elevarse mas rápidamente hasta la temperatura final. Alcanzada la temperatura de forja, debe procederse de rápidamente a la deformación; excederse de temperatura o mantener la misma por demasiado tiempo, causa un grano grueso. El acero queda frágil, toma menos temple, puede estar superficialmente descarburado y en general quedan disminuidas sus propiedades físicas.

Después del forjado las piezas deben ser enfriadas lenta y uniformemente, como por ej. en ceniza seca.

Recocido

Después del forjado muchos aceros, especialmente los aleados, son demasiados duros para una mecanización posterior y deben ser sometidos a un recocido para lograr un determinado grado de ablandamiento.

Dependiendo del objetivo buscado en el recocido, para un acero al carbono de 0.60% de este, la temperatura puede oscilar entre 680ºc y 800ºc.

Normalizado

Si el acero es mantenido durante bastante tiempo a temperaturas mas elevadas que la critica superior (Ac3), los cristales de austenita tiene tendencia a desarrollarse y aumentar de tamaño. Esta temperatura aumenta cuanto mas alta sea esta, y mayor la duración del calentamiento; y como el tamaño del grano al terminar el tratamiento depende precisamente del tamaño que tuvieron los cristales de austerita, obtendremos una estructura grosera y un acero de bajas características. Cuando esto sucede, para afinarlo, basta con calentarlo a una temperatura lo mas justo por encima de la critica superior (Ac3) y luego enfriarlo mas o menos rápidamente al aire según la composición. En el enfriamiento al aire, los granos de austenita se transforman en otros mas pequeños, logrando en un temple posterior, un acero de grano fino de mejor calidad.

Temple

El temple es una operación que resulta de enfriar al acero calentándolo algo mas allá de su punto critico superior(Ac3) en un medio que le quite el calor, lo mas rápidamente posible. Esto significa que el acero debe encontrarse en estado austenitico (no magnético) y esto producto de haber sido calentado por sobre los 720ºc, dependiendo la temperatura final, de la composición química del acero.

Para que se produzca la transformación austerita- martensita, la velocidad de enfriamiento deberá ser igual o superior a la “velocidad critica de enfriamiento” correspondiente al acero en cuestión. Por lo dicho, esta varia con la composición química de cada acero.

Efectos del temple sobre los aceros al carbono

a)Aumenta la dureza desde 1.5 hasta tres veces.

b)Aumenta la resistencia casi el 50%.

c)Disminuye el alargamiento, la contracción, la maleabilidad y la tenacidad.

d)Afina el grano.

e)Puede producir deformaciones en la pieza.

f)Puede producir grietas y roturas.

g)Aumenta ligeramente el volumen de la pieza.

h)Aumenta la resistencia eléctrica.

Factores que determinan un buen temple

a)Las piezas trabajadas en frió (temp.menor a 500ºc)fraguadas o que fueron templadas, tienen una estructura poco homogenea, por lo que es conveniente antes de templarlas, practicarles un recocido

b)Porcentaje de carbono: la cantidad de este metaloide tiene mucha influencia en la dureza que adquiere el acero templado; los que contiene 0,1% casi no endurecen; mientras los que contienen 1.2% de carbono ,adquieren gran dureza.

Un acero que ya es duro, elevará su dureza con poco intensidad de temple, conservando así su tenacidad; para obtener la misma dureza con un acero menos duro abra que emplear baños de enfriamiento mas enérgicos, lo cual ara mas frágil el acero.

c)Calentamiento: la velocidad de calentamiento debe ser máxima, procurando siempre que la pieza alcance su equilibrio térmico, sin lo cual el carbono no entra en soluduion sólida con la austerita, originando un temple superficial.

d)Velocidad de enfriamiento: la dureza que adquiere el acero al templarse, es tanto mayor cuanto mas rápidamente se enfría. Esta velocidad depende de la naturaleza del acero, dimensiones de la pieza, naturaleza y temperatura del baño de enfriamiento, de cómo se mantiene en el baño la pieza para templar , y del estado superficial de las piezas.

Revenido

El revenido es el tratamiento térmico que se efectúa después del temple, y consiste en calentar el acero templado a temperaturas inferiores al punto critico inferior(Ac1-720ºc) y enfriarlo en agua aceite o aire. Es aconsejable realizarlo inmediatamente después del temple para evitar el peligro de roturas debidas a las tensiones internas.

Las finalidades de este tratamiento son:

a)Eliminar las tensiones moleculares originadas en el temple.

b)Aumentar la tenacidad y resistencia perdidas por el temple.

c)Mejorar las características mecánicas del material afinado y homogeneizar las estructuras.

El tratamiento de revenido aumenta la tenacidad, porque transforma la estructura de temple de mayor dureza (martensitica), en otra menos frágiles, pero disminuye la dureza.

Los factores que determinan las características del revenido son la temperatura y el tiempo de exposición a esta.

La temperatura permite al material alcanzar el grado de tenacidad relacionado con el trabajo que deberá realizar, el tiempo de exposición hace que la transformación de la estructura, llegue hasta el corazón de la pieza.

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Por: Carlos Pedemonte



Pinzas

Pinzas:

Es muy difícil que consigas pinzas destinadas al forjado de cuchillos, porque casi no existen y de existir deben ser tan antiguas que te gustaría mas guardarlas que usarlas.

Así que te voy a mostrar algunos pasos para forjar dos de los modelos que mas se usan en el forjado de cuchillos.

Además al forjar estas pinzas iras probando la fragua, yunque, y martillo.

Pinza normal:

Esta pinza es la mas usada para sujetar desde una planchuela hasta la espiga de una hoja. Además de ser la extensión casi perfecta de nuestra mano.

Para forjarla vamos a utilizar el hierro de 14 mm, como hablamos antes. La medida es 2 barras de 60 centímetros de largo

Primero transformamos el redondo en plano en los primeros 15cm. Tratamos de pegar siempre del mismo lado para desplazar el material sobre uno de los lados de la barra.

Cuando tenemos los redondos aplanados usando otra barra redonda y el martillo formamos dos entradas en los lados de la parte plana. Es importante que tenga una entrada de cada
lado.

Con las entradas realizadas retorcemos la primera sección usando una llave o con una pinza (otra).

Repetimos con las dos barras.

Realizamos un agujero que nos permita entrar un tornillo de ¼ y remachamos.

Una vez que tengan todo listo pueden ir acomodando la pinza para que les sea mas útil y confortable.

Pinza cigüeña para agarre lateral:

Esta pinza es ideal para forjar partiendo de planchuelas ya que toma desde los laterales con un agarre firme. También es muy ultil cuando queremos forjar espigas.

El proceso es igual que el anterior así que solo les dejo las fotos.














martes, 1 de mayo de 2007

Capitulo II

CAPITULO II

Fraguas, Yunques, Martillos….

Fragua es donde vamos a concentrar la temperatura para forjar y posiblemente templar nuestras hojas.

Existen varios tipos y modelos. Desde las de manija hasta las de gas propanos todas cumplen con mayor o menor eficiencia su cometido que es calentar el acero.

Las fraguas a carbón son fáciles de improvisar y económicas de construir. Simplemente intrudciendo un caño con perforaciones en una pila de carbón encendido y usando un secador de pelo podemos generar calor suficiente como para forjar y templar.


Otras fraguas un poco mas equipadas y que dan mejores resultados son las de manija. Poseen una turbina que se acciona girando una palanca. Esto nos permite regular el flujo de aire y de esa forma la temperatura. También son de construcción simple y muy recomendables para principiantes.

Los hornos a gas son muy eficientes si están bien hechos. Lo ideal es usar un horno que tenga el interior cilíndrico y cubierto con el mejor material refractario posible. Al ser cilíndrico y tener la entrada del fuego tangencial al centro se aprovecha mucho mejor la llama por el recorrido que esta tiene. Los horno cuadrados también funcionan pero consumen mas gas y tardan mas en calentar.


Yunques:


El yunque es el lugar donde daremos forma a nuestras hojas, remacharemos los cabos, y haremos mil cosas mas. Es simple pero muy importante para el forjador.

Que debe tener el yunque? Lo principal es que tenga buen peso y una superficie plana donde golpear. Tienes que calcular que el yunque debe ser por lo menos 3 veces mas pesado que la hoja del cuchillo, mas el martillo, mas la fuerza del golpe. Así que como puede pero no tendrá la misma capacidad para absorber los golpes del martillo y esto repercutirá en nuestros huesos. Minimo necesitas uno de 20 Kgrs. Se puede forjar sobre un yunque mas liviano? Si se

Casi todo el mundo utiliza como primer yunque un riel de ferrocarril, lo cual no es malo porque forma de conseguir un yunque es ir a una cacharrería y tratar de conseguir algún

bloque descartado de acero. Si tenemos posibilidad de conseguir un yunque propiamente dicho mejor, y cuanto mas pesado tanto mejor.

Existen varios tipos los mas comunes son dos. El estilo Ingles con cuerno redondo, escalón y mesa plana larga, y la Bigornias, tienen 2 cuernos uno redondeado y el otro son de acero, generalmente no están golpeados y son económicos. Otra buena obtuso.



Martillos y Mazas.

Lo principal que se debe buscar en un martillo o maza para forjar es la distribución del peso, después la forma, y por ultimo el material con el que esta realizado.

Necesitamos que la parte de la cara del martillo sea mas pesada que el resto, esto hace que el golpe siempre trate de caer de esa forma y evita movimientos producto del desbalance.

La forma y peso esta directamente relacionada con la función que el martillo va a realizar, si es para estirar no es lo misma que el que usamos para bajar filo o remachar.

Principalmente usaremos tres tipos de martillos de distintos pesos.



1) Maza de 1,5 kgrs de sección circular o redondeada, es muy recomendable conseguir un martillo bolita de ese peso. Esta la usaremos para estirar y para bajar el primer filo. El cabo es delgado y permite distintos agarres cómodos.

2) Martillo bolita de 500 grs, este se usa para estirar filos finos, para remachar, y para dar formas delicadas.

3) Maza de 1,5 estilo francesa o de pena. Esta maza es ideal para estirar material grueso y para planchar. Tiene una sección plana de un lado y una cuña suave del otro. El cabo es grueso y la hace ideal para trabajos que necesitan fuerza.

Todos estos martillos varían según el forjador, yo mismo tengo como 5 mas. Pero son los básicos.

Material del martillo.

Yo uso siempre martillos suaves de hierro o de acero destemplado. Trato de evitar los martillos duros por dos motivos. 1 me interesa evitar cualquier marca en el forjado así que prefiero que se abolle un poco el martillo y que no me marque la hoja, 2 el valor es muy bajo y son fáciles de conseguir y hasta de hacer.

Forja Basica

Encendiendo el fuego:

Este capitulo trata del comienzo de esta pasión que nos llevo a realizar el primer cuchillo forjado.

Pensemos antes de empezar para que fin estamos haciendo el cuchillo, que tipo de uso vamos a darle, y que podemos hacer realmente.

Quizás hoy estés con poco equipo y solo tengas un bracero alimentado por un ventilador de mano, o quizás ya tengas tu propia fragua a gas. Estas primeras preguntas te las vas a hacer siempre que comencé un nuevo proyecto.

Pasemos entonces a elegir, si podemos, un acero que sea adecuado para nuestro cuchillo. Trataremos de conocer lo mejor posible el acero, su procedencia, si es posible fabricante, y todos los datos técnicos sobre el tratamiento térmico recomendado.

Muchas veces, y sobre todo al comienzo de nuestro viaje no sabemos siquiera donde ir a comprar acero o simplemente no sabes como pedir el acero.

Esto es simple. Los acero están agrupados por características que los componen, es decir que el componente que predomine en la “mezcla” va a darle el nombre o numero al acero.

Tal es así que los aceros S.A.E. por las siglas en ingles tienen una numeración para cada elemento. Por ejemplo los aceros al carbono siempre comienzan con el numero 1, el numero que le sigue es la cantidad de ese componente que tiene. Por ejemplo el acero 1045 tiene 0,45 % de carbono y el 1095 0,95

En la tabla que continua podrán ver las nomenclaturas utilizadas para los aceros SAE y que numero corresponde para cada acero.


Aceros al Carbono

10XX

Solo carbono 1.00% max

11XX

Refulcirizado libre de maquinado

12XX

Refulcirizato Refosfatado libre de maquinado

15XX

Solo Carbono, Mn 1.00-1.65%

Aceros al Manganeso

13XX

Mn 1.75%

Aceros al Niquel

23XX

Ni 3.50%

25XX

Ni 5.00%

Aceros al Cromo Niquel

31XX

Ni 1.25%, Cr .65-.80%

32XX

Ni 1.75%, Cr 1.07%

33XX

Ni 3.50%, Cr 1.50-1.57%

34XX

Ni 3.00%, Cr .77%

Aceros al Molivdeno

40XX

Mo .20-.25%

44XX

Mo .40-.52%

Aceros Cromo Molibdeno

41XX

Cr .50-.95%, Mo .12-.30%

Aceros Níquel Cromo Molibdeno

43XX

Ni 1.82%, Cr .50-.80%, Mo .25%

47XX

Ni 1.05%, Cr .45%, Mo .20-.35%

Aceros Molibdeno Níquel

46XX

Ni .85-1.82%, Mo .20-.25%

48XX

Ni 3.50%, Mo .25%

Aceros al Cromo

50XX

Cr .27-.65%

51XX

Cr .80-1.05%

50XXX

Cr .50%, C 1.00% min

51XXX

Cr 1.02%, C 1.00% min

52XXX

Cr 1.45%, C 1.00% min

Aceros Cromo Vanadio

61XX

Cr .60-.95%, V .10-.15%

Aceros Tungsteno cromo

72XX

W 1.75%, Cr .75%

Aceros Cromo Níquel Molibdeno

81XX

Ni .30%, Cr .40%, Mo .12%

86XX

Ni .55%, Cr .50%, Mo .20%

87XX

Ni .55%, Cr .50%, Mo .25%

88XX

Ni .55%, Cr .50%, Mo .35%

Aceros Silico Manganeso

92XX

Si 1.40-2.00%, Mn .65-.85%, Cr 0-.65%

Aceros Níquel Cromo Molibdeno

93XX

Ni 3.25%, Cr 1.20%, Mo .12%

94XX

Ni .45%, Cr .40%, Mo .12%

97XX

Ni .55%, Cr .20%, Mo .20%

98XX

Ni 1.00%, Cr .80%, Mo .25%


Pero de todos estos cuales nos sirven para cuchillería?, lo idea es que un acero para cuchillería tenga por lo menos 0,50 % de Carbono. Pero, porque? La cantidad de carbono es lo que le da la capacidad de adquirir dureza al acero es lo que lo diferencia del simple hierro.

Los demás componentes nos Irán agregando propiedades en la balanza final. Por ejemplo un acero al cromo con carbono, como el 5160, además de tener 0,60% de carbono tiene 0,80 al 1 % de cromo lo cual le agrega mejor retención de filo y mayor resistencia a la oxidación, aunque oxidable lo es menos que el 1060. Sigamos con los números. El 52100 tiene 1 a 1,10 % de carbono y hasta 2% de cromo. Así que tenemos un acero que tiene la cantidad máxima de carbono sumado a el doble de cromo que el 5160.

Abajo podrán ver una tabla con los aceros mas usados para cuchillería. No se asusten si no conocen alguno porque muchos están con sus nombres comerciales.
















Una vez que conseguimos el acero, ya sea comprado o reciclado trataremos de averiguar de que tipo se trata en orden de completar el tratamiento térmico. Abajo podrán ver una lista con los aceros mas comunes que se pueden encontrar en cacharrerías de todo mundo y sus posibles usos.

Herramientas agrarias 1080

Bolillas de Rodamientos 52100

Sierra en cinta L6

Disco de Embrague 1070

Espirales Amortigua 5160

Bielas de motor 1040

Cigüeñal 1045

Mechas m2

Aspas de vetilador 1020

Limas W2

Engranajes de Transmi 3115

Disco de Arado 1080

Cuchillas Industriales m2

Cuerda de Piano 1085

Rieles Ferroviarios 4140

Clavos Ferrocarril 1020

Elasticos de suspensión 5160 / 9260

Sierras de serrucho mec m42

¿Pero que acero uso?

Te recomiendo que empieces por los mas básicos y fáciles de trabajar. Que nos permita equivocarnos y que no sea muy costoso. Para esto el ideal es el 5160, se consigue a bien precio en las aterías y también es muy accesible en las cacharrerías.

Si en algun momento tienes dudas sobre el acero te recomiendo que hagas una prueba simple. Consiste en apoyar suavemente el trozo de acero sobre una piedra o lijadora y ver que tipo de chispas salen al hacerlo.

Hierro o 1030. Como se ve en la foto las chispas son finas y largas, y sobre todo son lineales.



En este caso el acero es 52100. La chispas son mas amontonadas y a corta distancia del contacto con el abrasivo forman “ramilletes” o se difurcan formando estrellas. Esto nos indica que estamos frente acero y no hierro.

Con el pasar del tiempo y las distintas pruebas que vallas haciendo puedes calibrar el ojo y llegar a darte cuenta de que cantidad contiene cada muestra.




domingo, 11 de marzo de 2007

Bajo presupuesto


Bajo presupuesto


Entre los miembros más experimentados de la comunidad de entusiastas de los cuchillos deportivos, periódicamente se mencionan algunas marcas o estilos de cuchillos cuyas prestaciones sobrepasan enormemente su precio. En general se trata de diseños o fabricantes
que no tienen la exposición mediática de las marcas norteamericanas, pero que muchas veces son conocidos por su larga trayectoría en su país de origen. Lamentablemente esto significa que muchos usuarios ni siquiera se enteran de que existen y que, al verlos desconfían de su calidad por carecer información.
Por eso decidimos lanzar un poco de luz sobre algunos de los mejores cuchillos de bajo presupuesto, sobre todo aquellos que no pertenecen a las grandes marcas norteamericanas (ya que la información sobre estos últimos se encuentra más al alcance del consumidor promedio).
Es importante aclarar algunas cosas cuando hablamos de cuchillos de bajo precio. La primera, y fundamental, es que no encontrarán un cuchillo con materiales y acabado propios de una pieza de varios centenares de dólares por un precio diez veces menor. También es cierto que como estos cuchillos suelen estar dirijidos a quienes trabajan diariamente con ellos y conocen como cuidarlos, a veces no son los más indicados para un principiante (hay algunos modelos que si son ideales, como veremos más adelante). Este último punto es también uno de los innegables atractivos de esta clase de cuchillos, cualquiera puede conseguir un buen cuchillo deportivo por doscientos dólares, pero encontrar uno por diez o veinte demuestra un verdadero conocimiento. Simplemente hay algunos cuchillos que indican que su portador es un hombre que sabe lo que hace, son herramientas puras sin ostentación y que requieren más habilidad y finesse que esas barretas afiladas que cuelgan de los cinturones de muchos.
Si usted es un amante de los cuchillos tácticos, las pesadas hojas negras y los plegables de apertura rápida, este es el momento de dejar de leer y buscar un nuevo Strider. No hay nada de malo con esos cuchillos, pero los que aquí nos ocupan son mucho más simples y tradicionales




(aunque habrá un pequeño apartado para ellos más adelante). Por otro lado, si quiere darle una oportunidad a las hojas que han mantenido a sus dueños lejos del peligro por cientos de años, continúe. Lo que puedo prometerle es que será barato.
Si buscamos cuchillos de hoja fija por precios ridículamente bajos, pero que corten como un bisturí, los cuchillos escandinavos son los primeros en venir a la mente. Existen, por supuesto, versiones con materiales más ricos y cuidada terminación que compiten con los mejores del mundo, pero los cuchillos tradicionales de trabajo son excelentes y muy asequibles. La comodidad de sus cabos (diseñados para poder usarse con guantes en los fríos inviernos nórdicos), el tamaño mediano de sus hojas y el bisel conocido como “Scandi grind” o “Zero bevel” (o sea, sin bisel secundario, muy fácil de afilar) los convierten en herramientas de corte excelentes, especialmente útiles para trabajar en madera, pero igualmente exitosos a la hora de cuerear o despostar. La espiga completa les da una fortaleza muy superior a lo que su ligereza sugiere.
Requieren algo de habilidad, pero la recompensan con creces. Algunos modelos pueden parecer un poco crudos, pero la nobleza de su funcionalidad hace que cualquiera que los utilice se apegue rápidamente a ellos.
Los moras de Frosts y Eriksson se encuentran entre los más sorprendentes. El #1 es el cuchillo de trabajo sueco por antonomasia, su hoja puede ser de acero al carbono o de un excelente inoxidable como el 12C27 de Sandvik, el mango es de madera de haya pintada de rojo y la vaina es de plástico bastante poco atractivo. Todo hay que decirlo, muchas veces las vainas son el punto débil de estos cuchillos, ya que es una forma fácil de recortar costos. Tener una habilidad, aunque sea mediocre, para confeccionar vainas propias es muy bueno si se planea usarlos con asiduidad. En los modelos caros las vainas son todo lo que uno podría esperar en los mejores cuchillos. Sin embargo, el módico precio de nueve dólares del #1 hace difícil cualquier crítica.

Para quienes buscan algo un poco más bonito que el #1, el #22 es el cuchillo ideal. Es bastante más caro (alrededor de veinte dólares), pero su funda es mejor y puede ordenársela con un tratamiento de cera de abeja que la proteje y oscurece, el mango es de madera más bonita (un poco más grande que el del #1).[1] Mora es una ciudad sueca de gran tradición en la producción de cuchillos, comparable a Thyers en Francia o Solingen en Alemania. A tal punto es su nombre sinónimo de cuchillo que se conocen como “moras” a varios cuchillos típicos de esa localidad y, por extensión, de casi toda Escandinavia.

Un #22 como los de la foto me acompaña hace más de un año. Lo utilicé para cualquier cosa imaginable, lo golpeé con una rama para partir troncos, tallé las toscas cucharas que voy dejando a mi paso, realicé trabajos de soguería criolla, incluso me ayudó a preparar un jabalí. Soportó todo fantásticamente. Tengo muchos cuchillos más sofisticados y caros que el #22, pero compite con ellos en utilidad cabeza a cabeza. Es muy ligero, por lo que lo llevo conmigo más seguido que los cuchillos más pesados. Esa es una de las razones por las que reconocidos expertos en supervivencia lo recomiendan (como Lundin). Es fácil llevar su filo a una agudeza tremenda con una pequeña piedrita de mano.

Además de los tradicionales diseños con mangos de madera (hay muchos más además de los dos que nombre) hay moras más modernos con mangos de plástico. No me gustan demasiado los cuchillos con mango de plástico, pero estos tienen algunas ventajas. En un cuchillo como el SWAK (Swedish Army Knife), de sólo once dólares, puedo soportar materiales sintéticos.

El SWAK es uno de los mejores moras de mango plástico, junto con el más sofisticado Mora 2000. Es un cuchillo que el ejército sueco incluye en su kit de supervivencia, los cuchillos militares de supervivencia rara vez se adaptan bien a las necesidades del deportista, este es uno de esos casos. La mayor diferencia con los cuchillos mora tradicionales es que el mango plástico del SWAK tiene una pequeña guarda integral y puede ordenarse en una variedad de colores.

La guarda, su precio y materiales fáciles de mantener, junto con su buena calidad, hacen de este cuchillo una muy buena opción como “primer cuchillo” para un niño. Servirá mucho mejor a la educación correcta en el uso de herramientas de corte que una de esas basuras asiáticas que suelen caer en manos de los chicos por virtud de su bajo precio (y muchas veces diseños tan vistosos como inútiles).

Por supuesto que los adultos no están por encima de este cuchillo. Es, en mi opinión, un excelente cuchillo para tener en una caja de herramientas, en el coche, en el bote y (sobre todo con mango naranja) en el kit de supervivencia. Conozco gente que lleva un par en sus viajes de caza o campamentos, para regalar a algún baqueano servicial o a un amigo de esos que siempre aparece sin un cuchillo.

El único gran inconveniente de los moras de mango plástico en comparación con los de mango de madera es la longitud de su espiga. En la radiografía de abajo pueden verse algunos moras de mango sintético, el primero es de la serie 760 de Frosts (a la que pertenece el SWAK). Como se puede observar, las espigas son bastante cortas. Aunque utilicé mucho mi 760 y lo sometí a un trato bastante exigente, sigo confiando más en mi #22 con espiga completa. Los de abajo son modelos de Eriksson, con espigas mucho más largas y totalmente confiables.

También existen plegables de muy buen precio y de excelente calidad. Los primeros en destacarse entre ellos son dos diseños franceses: el Opinel y su menos conocido primo el Douk-Douk. Francia es un país de una muy rica tradición en cuchillos plegables, cada región tiene el suyo y muchos de sus diseños son apreciados mundialmente, como los exquisitos Laguiole o las Vendettas Corsas (probablemente el más elegante cuchillo plegable del mundo).

Los cuchillos plegables Opinel hacen su aparición de la mano de Joseph Opinel en 1890, en la pequeña población Saboyana de Albiez-le-Vieux, como una herramienta de calidad para los montañeses. Obtiene su famosa marca de La Main Couronnée en 1909. Desde el inicio de la compañía se ofrecían doce modelos, individualizados por sus números. Desde hace más de setenta años que el número 1 y el número 11 no pueden conseguirse. El número 1 se dejó de fabricar al disminuir la popularidad de los relojes

de bolsillo, ya que estaba diseñado para llevarse en la cadena del reloj y usarse para limpiar pipas y otras pequeñas tareas en las que sus 2cm de hoja fueran suficientes. El número 11 dejó de fabricarse porque su medida era demasiado próxima a la del 10 y el 12.

En Francia son parte del folklore, “Opinel” prácticamente funciona como sinónimo de cuchillo plegable y casi cualquier niño francés ha recibido alguno como regalo. De entre todos los modelos disponibles, los más prácticos son el 7, el 8 y el 9. El 8 es el ideal, aunque el 9 es bueno cuando hace falta un poco más de hoja y el 7 es excelente como cuchillo de bolsillo en la ciudad.

El único problema que tienen a veces los Opinel es la humedad que se filtra en la madera del mango y los hace muy difíciles de abrir. Existen varias soluciones, entre ellas el tradicional “golpe saboyano” en la parte de abajo del mango para destrabar la hoja. Lo que yo recomiendo es secar muy bien el mango, puden valerse de un secador de pelo (en potencia baja) para asegurarse de que esté completamente libre de humedad, y luego pintarlo con aceite de lino. Mientras más capas le den, más impermeable será. Un buen barniz mate también funciona. De

todos los cuchillos Opinel que tengo (alrededor de diez) sólo uno de ellos, un número 9 inoxidable tuvo que recibir este tratamiento, los demás nunca han sido demasiado duros. Impermeabilizar los mangos de siete Opinels me tomó diez minutos y nunca más tuve problemas con la humedad.

Los cuchillos Opinel han sido utilizados por muchos personajes famosos, como Pablo Picasso que tallaba pequeñas figuras de madera que presentaba a sus conocidos como “mis tesoros”, pero la historia que creo que deja muy clara su calidad es una que cuenta Abel Domenech en su libro “Del facón al bowie”. En uno de sus encuentros con Bob Loveless, una de las leyendas de la cuchillería artesanal, observó al maestro preparando uno de sus cigarros, a la hora de cortarlo extrajo de su bolsillo nada más y nada menos que un cuchillo Opinel (muy personalizado, cabe aclarar). Si un hombre que puede tener cualquier cuchillo que desee, y fabricar algunos de los mejores que pueden encontrarse sobre la faz de la Tierra, escoge un humilde Opinel, se debe seguramente a la calidad de este plegable francés.

Los Douk-Douk son menos conocidos que los Opinel, pero tienen una trayectoria igualmente interesante. En principio fueron diseñados como herramientas baratas para las colonias francesas, como piezas de trueque con los nativos, es decir como puros elementos de trabajo sin refinamientos. Su destino primigenio era Melanesia, región que inspiró el brujo que adorna el mango. Existen tres variantes principales (además de la ya mencionada para Melanesia): el Baraka, adornado con la Cruz de Agadés y destinado al Magreb; el Tiki destinado a Oceanía y decorado con un ídolo tahitiano; y el Ardilla, destinado al mercado francés que poseía una hoja de estilo “borbónico” (id est, lanceolada) y el simpático animalito que le da el nombre grabado en el mango.

Una de las mejores y más sintéticas caracterizaciones que he leído sobre el Douk-Douk pertenece a Jean-Noël Mouret, en su libro “El mundo de los cuchillos”:

“El cuchillo Douk-Douk fue un éxito en todas las antiguas colonias francesas. Artículo barato, producido en cantidades astronómicas, pues se vendía en un mínimo de una gruesa, es decir doce docenas… y no obstante no era de pacotilla. La prueba es que las colonias son sólo un recuerdo, mientras que el Douk-Douk aún está presente”

Además de las versiones originales, hoy existen modelos con hojas de acero inoxidable (estampadas “440” en la base de la hoja), diferentes tamaños e incluso un Douk-Douk “táctico” de hoja negra.

Como podrán ver en las fotos, son crudos, algunos (entre los que me incluyo) podrían hasta considerarlos feos, pero nadie puede negar que son verdaderas herramientas de calidad para el trabajo duro. Los cuchillos de las fotos son, en orden descendente, un Douk-Douk melanesio, un Ardilla (mercado Francés), un Baraka (para el Magreb) y un Tiki (para Oceanía).









Aunque no se asocien justamente con un producto barato, los cuchillos del ejército suizo son, al compararlos con muchos otros productos de la

industria cuchillera, una verdadera ganga. Seguro, todos vimos esos enormes modelos que incluyen cualquier herramienta que se nos pueda ocurrir y que cuestan bastante dinero, pero son los modelos intermedios los que realmente ofrecen una relación precio-calidad

El cuchillo plegable más versátil, y más “políticamente correcto” es sin dudas el cuchillo del ejército suizo. Puede cubrir todas las necesidades diarias, es de excelente calidad y su precio es bastante accesible (con la excepción de algunos modelos).

Puede utilizarse solo o como complemento de un cuchillo más grande (ya sea plegable o de hoja fija). Para ser utilizado como herramienta principal, prefiero los modelos de 110mm de Victorinox o los de 85mm Sécurité de Wenger, es bueno tener una hoja con bloqueo.Los modelos de 91mm de Victorinox (y los de 85mm sin traba de Wenger) prefiero usarlos como apoyo de un cuchillo más grande con bloqueo (o de hoja fija).

Contar con el más básico de los modelos de cuchillos del ejército suizo le permitirá afrontar muchos de los pequeños problemas diarios, y le evitará a su cuchillo principal tareas desagradables como destornillar o funcionar como palanca (tareas para las que no está diseñado y que, además de dañarlo, lo condenarán a usted al infierno por toda la eternidad). Aún a quienes no les agradan los cuchillos, estas herramientas de bolsillo les parecen útiles y rápidamente se acostumbran a llevarlas si se les obsequia una en el momento preciso.

Si usted no es un obsesivo como yo, uno de estos plegables (sin necesidad de otro cuchillo) le servirá perfectamente bien para los quehaceres cotidianos. Han sido probados en los más variados ambientes, desde el transbordador espacial de la NASA hasta un ascensor en llamas en Pittsburg.

¿Qué modelo escoger? Las opciones son muchísimas, y si tiene un mínimo cariño por los cuchillos, terminará con una pequeña colección en poco tiempo (cada modelo tendrá, por supuesto, una muy convincente excusa que justificará su adquisición). Hay quienes rápidamente encontrarán el modelo que se amolde a sus necesidades particulares. Por ejemplo, quienes trabajen reparando computadoras verán que cualquiera de las Cybertools está insuperablemente preparada para esa tarea. Para quienes viajan mucho, las Voyager con su despertador y linterna (en la versión Lite) son ideales compañeras. Existen modelos para el minimalista (Waiter, por ejemplo), el que adora tener una caja de herramientas en su cinturón (SwissChamp XLT) y quienes necesitán robustez y simplicidad (los modelos Alox, entre los que se encuentra el cuchillo con que se equipa a los soldados suizos).

Mi recomendación es la siguiente: evalúe con cuidado lo que necesita y piense en las herramientas que ya tiene y no necesita en su SAK (Swiss Army Knife). Por ejemplo, hoy tengo una Buck 110 y Leatherman Micra en mi cinturón, por lo que no necesito ninguno de mis SAKs con tijeras ni hoja con traba. El modelo Camper de Victorinox sería una buena opción en este caso, ya que agrega abridores de latas y botellas, sierra, punzón y sacacorchos, junto con dos hojas (más pequeñas que las de la 110). Si fuera a llevar sólo un SAK, escogería un modelo bien completo como el Workchamp.

Generalmente prefiero los modelos intermedios, los que tienen de dos a cuatro capas (mire la parte de atrás de uno de estos cuchillos y comprenderá qué son las capas) en versión de 91mm (85mm en el caso de Wenger) para la ciudad y en 110mm (120mm en el caso de Wenger) para actividades al aire libre. Esto se debe a varias razones. En primer lugar, suelo llevar otro cuchillo para tareas más pesadas y una multiherramienta en el bolso (sobre todo por las pinzas), así que no necesito más que una herramienta intermedia entre el cuchillo principal y la multiherramienta. Además en ese tamaño son más fáciles de llevar en el bolsillo (asegurados a uno de los llaveros de Victorinox, para que no se pierdan). Por último, y esto es algo importante, los modelos como el Spartan, Tinker, incluso el bastante completo Huntsman, los robustos Pioneer, Soldier y Farmer tienen una de las mejores relaciones entre precio, calidad y utilidad que pueden ofrecerse (lo mismo ocurre con los modelos similares de Wenger), también los modelos de 110mm como el Hunter o Trekker se consiguen a un precio tremendamente bueno para semejante calidad.

Por supuesto que si bien los modelos más completos requieren una inversión bastante importante, no son un gasto desaconcejable.

Siempre que se habla de SAKs surge la pregunta: ¿Victorinox o Wenger? Hace poco las dos se unieron cuando Victorinox compró Wenger, por lo que ya tiene su respuesta. Sin embargo, como se anunció que las líneas de productos se mantendrán sin alteraciones, vale la pena dedicarle una parte de este artículo a esta verdadera lucha de titanes.

En primer lugar, cabe aclarar que en ambos casos se trata de herramientas de excelente calidad ofrecidas a un precio sensato, cualquiera de las dos marcas le servirá sin problemas.

Victorinox tiene fama de ser más cuidadosa en la terminación de sus cuchillos, pero esto no lo he podido comprobar comparando los ejemplares que poseo de ambas marcas. Sí creo que los muelles utilizados por Wenger son un poco más débiles.

Las diferencias entre estas dos marcas, en cuanto a formatos y herramientas ofrecidas, son las siguientes:

  • El tamaño estándar de Victorinox es de 91mm y el grande de 110mm. Wenger utiliza 85mm y 120mm. Los Wenger de 85mm son excelentes como apoyo de otro cuchillo o en caso de contar con realmente poco espacio. También hay otros tamaños ofrecidos por estas dos marcas: 58mm (Victorinox Classic, el cuchillo de bolsillo más vendido en la historia), 74mm (Victorinox Executive), 84mm (Victorinox Small Tinker) y 108mm (Victorinox Safari Trooper), 93mm (Wenger Standard Issue).
  • En los modelos más grandes, Wenger utiliza hojas con diseño “clipped point” en lugar de las tradicionales lanceoladas. Las hojas principales de los modelos regulares son de lomo más angosto que las de Victorinox, pero tienen una “panza” más pronunciada. Wenger ofrece más modelos con hojas de filo dentado o filo de combinación (parte liso y parte dentado).
  • En lugar de la hoja pequeña que Victorinox suele incluir en sus modelos cellidor (tal es el nombre del plástico rojo) de 91mm, Wenger ofrece una lima para uñas, aunque algunos modelos tienen una hoja clip point pequeña..
  • Las tijeras de Wenger tienen un diseño más fuerte que el muelle utilizado por Victorinox. Lamentablemente, tienen el filo dentado, prefiero el filo liso de Victorinox, pero hay quienes prefieren el filo de las tijeras Wenger.
  • Wenger, según algunos obligado por su condición de segundón, ofrece múltiples novedades sobre el clásico cuchillo suizo como destornilladores que se traban al ejercer presión, modelos en tamaños tradicionales con traba, variedad de materiales y diseños para las cachas, pinzas no plegables (en las Pocket Grip), etc. Victorinox recién en los últimos años ha introducido novedades (como sus modelos Lite, SwissMemory, etc.).
  • El punzón de Wenger no está afilado.
  • Las lupas de Wenger tienen un marco de metal con un destornillador pequeño en la punta.
  • En lugar de incluir, como lo hace Victorinox en algunos modelos, una brújula por separado, Wenger cuenta con algunos modelos con una pequeña brújula incorporada. Lamentablemente, dada la cantidad de acero que la rodea, y la poca precisión de las brújulas de agua tan pequeñas, no resulta muy útil.
  • El abrelatas de Wenger tiene un diseño de “gancho”, por lo que se pierde en pequeño destornillador que tiene el abrelatas de Victorinox en la punta. Esto no es muy importante en los modelos con muchos usos, ya que ese destornillador será menos necesario, pero se nota en los modelos con menos accesorios.

Existen otras pequeñas diferencias, pero no vienen al caso. La decisión entre ambas marcas es muy personal, a vece se debe a un modelo específico que produce sólo una de ellas, otras a un criterio estético particular y, sobre todo entre machairólogos, por un particular cariño a uno de los dos fabricantes. Mi consejo es que pruebe modelos de ambas casas (aunque sea manipulándolos en un negocio) y decida cuál le gusta más. Yo no tengo una preferencia por Victorinox o Wenger, uso cuchillos de ambos para diferentes cosas, encuentro sus diferencias muy beneficiosas para los usuarios, nos dan mayores opciones, todas con excelente calidad.

Un amigo y fanático de los cuchillos del ejército suizo me dio un consejo para comprar los primeros. Él recomienda comenzar por un modelo minimalista, quizás algo tan básico como un Waiter de Victorinox. Usarlo un poco, enseguida aparecerán situaciones en las que desearía tener una herramienta más. Luego compre el modelo más grande que pueda (como una SwissChamp o una Pocket Tool Box), además de ser útil le servirá como una especie de catálogo en vivo para ver las herramientas que ofrece la marca. Después de un tiempo de usar ambas, a la más grande le sobrarán funciones (notará que hay herramientas que jamás ha usado) y a la más simple le faltarán algunas cosas. Busque un modelo que tenga lo que usted necesita, sin las cosas que no usa. A veces ese modelo no existe, pero entre las ofertas de Victorinox y Wenger tiene que poder encontrar algo que se le acerque bastante.

En resumen, usted necesita un cuchillo del ejército suizo. No importa que otras cosas lleve encima, nunca estará de más.

Creo que estos archiconocidos cuchillitos rojos no requieren mayor presentación, pero me gustaría agregar algunas cosas. En primer lugar recalcar lo sorprendente de su calidad: Victorinox produce 34000 cuchillos de bolsillo por día (si tomamos en cuenta sus demás ofertas de catálogo la producción se multiplica por cuatro) y su control de calidad es tan impecable que todos son perfectos. En el extraño caso de que el suyo tuviera un problema, la garantía vitalicia de Victorinox le permitirá regresarlo y obtener uno nuevo sin cargo. Esa garantía es probablemente la mejor del mercado, las únicas que se le aproximan son las de compañías o fabricantes artesanales cuyos precios están muy por encima de los de Victorinox.

Otro dato importante, para quienes se fijan en estas cosas, es que la compañía sigue en manos de la familia Elsener y mantiene la política con la que fue fundada cuando Suiza era uno de los paises más pobres de Europa: dar empleo a la gente del valle de Ibach, empleos seguros y estables. Tan estables son esas fuentes de trabajo que la última vez que hubo un despido en la fábrica de Victorinox fue hace setenta y cinco años.

Cuando los hechos del once de Septiembre redujeron las ventas de Victorinox y Wenger en un 40% (los aeropuertos, e incluso los aviones, habían sido grandes bocas de expendio hasta ese momento), la compañía de Délemont se fundió. Carl Elsener la adquirió por una suma que se mantuvo en sercreto para mantenerla en manos suizas y conservó a absolutamente todo el personal de su antiguo rival. ¿No parece mucho mejor darle algo de dinero al buen Carl que a esas cuchillerías que utilizan mano de obra esclava en China?

Una de las consecuencias inesperadas del once de Septiembre fue la aparición de una cantidad increíble de cuchillos Victorinox en el mercado de usados. Como dije antes, mucha gente ni siquiera los considera cuchillos y muchas veces olvidan que los tienen en su llavero. Con las nuevas regulaciones de seguridad en las aerolíneas, se confiscó una enorme cantidad de estos cuchillos y las agencias gubernamentales los pusieron a la venta. Algunos vendedores, sobre todo los que tienen tiendas en Internet y se especializan en modelos raros o discontinuados, ahora ofrecen cuchillos del ejército suizo en excelente estado (siempre hay que recurrir a un vendedor confiable) por un precio ridículo, un Huntsman, por ejemplo, puede comprarse por siete dólares.

Otro plegable excelente y de precio moderado, es el Buck 110. Durante mucho tiempo fue el cuchillo con el que se comparaban todos los demás plegables de caza. Muchos creen que fue el precursor de los nuevos plegables tácticos. Es robusto, probablemente uno de los más robustos del mercado, de buen tamaño y estéticamente agradable. No es ligero ni compacto y el acero de la hoja no es uno de los modernos “aceros maravilla”, pero Buck tiene un excelente manejo del tratamiento térmico lo que le permite aprovechar mucho más un acero mediocre como el 420HC. Su popularidad en los Estados Unidos es enorme, hace algunos años era el cuchillo standard de cualquier excursionista, cazador o trabajador rural. Incluso hoy se lo puede conseguir por un bajo precio (alrededor de 25 dólares).


Francisco Malini Verdu